Incertidumbre, después de liquidez, será la palabra más usada para comentar acerca de los próximos meses en el negocio marítimo… y, en general, en l mayoría de sectores.
En el marítimo, con unas cifras que causan preocupación: caída del tráfico mundial de un 13% (según la World Trade Organization), del tráfico marítimo un 10% (e parámetros de la OMI), los armadores, básicamente los grandes operadores de contenedores afrontan un futuro a medio plazo bastante incierto. La deuda estimada de los principales operadores es de 95.000 millones de dólares. Y la situación se mantiene en perfil bajo con un proceso continuo de cancelación de salidas que mantienen artificialmente los fletes a niveles aceptables; pero que no contribuyen a incrementar un gross revenue de los grandes operadores que está -y va a seguir estando- en aguas muy frías.
Las consecuencias serán evidentes en los próximos meses: aquel que no haya podido recortar costes (cancelación de nuevas construcciones, como el caso de HMM, con seis de sus nuevos ULCV; renuncia a la instalación de scrubbers en la práctica totalidad de los que estaban en lista de espera; cambio de rutas a través del Cabo de Buena Esperanza….
Todo lo posible para llegar a otoño, cuando se espera el inicio de la recuperación como si fuera agua de mayo. Habrá quien llegue en mejores condiciones que otros, que lo harán de forma tal, que necesitarán ser auxiliados por sus Gobiernos, ya que no se espera que la banca tenedora de esta gran deuda, incremente el nivel de préstamos si no es con las sólidas garantías que tendrán que dar los Estados, como es el caso de las líneas aéreas. Al tiempo.
En el foro interno los armadores europeos (European Community Shipowners Association) ya le han pedido a la UE que antes de acometer medidas en el desarrollo del Green Deal en el ámbito de la inversión, la prioridad debería de ser “el rescate y la recuperación total de la industria marítima” mediante un plan coordinado entre todos los Estados miembros. .
Y así llegaremos al otoño.
Fuente: Naucher Global
