La historia lleva días en los medios especializados y además es materia apropiada para el relator de naufragios Luis Jar, pero resulta tentador no pasarla por alto. Me refiero al hundimiento, a la una de la madrugada del pasado 30 de marzo, del patrullero de la armada venezolana ANBV NAIGUATÁ tras colisionar con la proa del buque de pasaje RESOLUTE al norte de la isla Tortuga, en aguas internacionales según las fuentes vinculadas con el mercante, o dentro de las aguas territoriales (12 millas) de Venezuela, según las autoridades bolivarianas.
La versión caraqueña (obviando las ridículas declaraciones de Nicolás Maduro en su papel de presidente bolivariano de Venezuela), se halla en el comunicado oficial firmado por el general en jefe del ejército venezolano, Vladimir Padrino, que reproduzco completo (no tiene desperdicio; las negritas en el original):
El 30 de marzo de 2020, a las 00:45 horas, el Guardacostas «Naiguatá» (GC-23), de la Armada Bolivariana, encontrándose en labores de patrullaje marítimo de nuestro mar territorial, al noroeste de la isla La Tortuga; fue abordado (colisionado) por el buque de pasajeros «Resolute», (122 mts. de largo y 8300 toneladas de desplazamiento), de bandera portuguesa, al momento en que se le efectuaba un procedimiento de control de tráfico marítimo, lo que generó daños de gran magnitud y ocasionó la zozobra del referido guardacostas.
La acción del buque «Resolute» se considera cobarde y criminal, toda vez que no asistió al rescate de los tripulantes, incumpliendo la normativa internacional que regula el salvamento de la vida en la mar. Este buque actualmente se encuentra en el puerto de Willemstad, capital de Curazao, donde atracó en horas de la mañana del día de hoy.
Nuestras labores de búsqueda y salvamento inmediatas, aunado al desempeño profesional y valiente de nuestros efectivos, permitieron el rescate íntegro de la tripulación. El Estado venezolano emprende las acciones legales correspondientes.
¡Chávez vive!… ¡La Patria sigue!
¡Independencia y Patria Socialista!… ¡Viviremos y venceremos!
¡Leales siempre!… ¡Traidores nunca!
Caracas, 31 de marzo del 2020
VLADIMIR PADRINO LÓPEZ
General en Jefe
De la parte civil, un informe técnico elaborado de urgencia por la Oficina de Investigación de accidentes Marítimos y la Autoridad para la Meteorología Aeronáutica (GAMA), un organismo de la Administración portuguesa similar a la española CIAIM, concluye que el suceso no puede calificarse de accidente, pues el naufragio del navío venezolano se debió a una colisión intencionada con el RESOLUTE.
La patrullera venezolana NAIGUATÁ
La patrullera militar fue construida por Navantia y terminada en Venezuela en 2011, con una eslora de 80 metros y un desplazamiento de 1.500 toneladas. Formaba parte de un contrato firmado en 2005 entre Hugo Chávez, caudillo de Venezuela, y José Luis Rodríguez, presidente del Gobierno español, cuya ejecución pende de los Juzgados por indicios de corrupción que alcanzarían hasta el entonces presidente de los astilleros Navantia. El RESOLUTION, abanderado en Portugal, segundo registro con sede en Madeira, fue construido en Finlandia en 1991 para la alemana Hapag Lloyd, dotado de una resistencia capaz de soportar la navegación entre hielos.
No hubo cuestión. La patrullera salió malparada del golpe que ella misma había provocado, y se fue al fondo.
Una vez descalificado el suceso como accidente, el informe de la GAMA pone todo el empeño en demostrar con horas precisas y conversaciones grabadas que el RESOLUTE permaneció en la zona para auxiliar a los náufragos y que sólo se alejó cuando el Centro Regional de Coordinación de Salvamento de Curazao (Antillas Holandesas), a las 02.43 horas del día 30 de marzo, le informó de que sus servicios ya no eran necesarios. O sea que lo de “cobarde y criminal” de la nota del jefe del ejército venezolano, era una invención. Una mentira.
El inicio del suceso, en las últimas horas de la tarde del día 29 de marzo, permanece en penumbra. Lo único cierto es que el buque de guerra venezolano interceptó al mercante con objeto de inspeccionarlo. Que mientras el capitán del RESOLUTE, Alex Dudov, georginao (como Stalin), formado en el High Engineering Marine College, en Ucrania 1989, consultaba con sus armadores, el capitán del NAIGUATÁ, Yermince Aslenlly Granadillo Medina, egresado de la Escuela Naval Venezolana en 1996, ordenó disparar y acto seguido inició una maniobra para cortar la proa del RESOLUTE. Una temeridad y un grave error. El bulbo del mercante destrozó con facilidad el casco del guerrero.
No hubo víctimas ni apenas daños personales. Las autoridades venezolanas insisten en que demandarán a los actuales armadores del RESOLUTE, pero no hay hasta la fecha ninguna información que permita inferir si han cumplido la amenaza.
