Industria de cruceros: la nueva oferta Caribe

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Industria de cruceros: la nueva oferta Caribe

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Por: Revista Pórtico, Grupo Puerto Cartagena.

La industria de cruceros continúa su tendencia de crecimiento. Con su carácter estacional, cada año millones de pasajeros del mundo entero buscan destinos de invierno o de verano. Sin embargo, un principio básico es que el turista busca nuevos destinos cuando decide abordar otro crucero. Por ello, en el sector surgen grandes retos de competitividad, asociados con la calidad y diferenciación de los productos y servicios.

Entre tanto, si el volumen mundial de pasajeros de cruceros ha venido ascendiendo, también ha crecido el número y el tamaño de las naves. Lo cual implica una oferta integral de servicios abordo, que compite con la diseñada por los puertos de destino; entonces, a estos últimos les resulta fundamental competir ofreciendo productos y servicios exclusivos por su singularidad. Además, hoy los itinerarios están siendo planificados para períodos más cortos y entre destinos más cercanos.

El Caribe es clima, gente, historia y cultura; y esa es su gran promesa para la industria de cruceros.

Por: Revista Pórtico, Grupo Puerto Cartagena.

Otra de las variables importantes de la industria está en los usuarios y sus requerimientos de servicios. Existe la tendencia a suponer que los viajes en crucero son exclusivos para adultos mayores; sin embargo, de acuerdo con la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA, por sus siglas en inglés) más de un millón de menores viajan anualmente en ellos. Asimismo, el 68% de las personas nacidas en la llamada Generación X (entre 1965 y 1978) están interesadas en tomar un crucero; e igual acontece con el 65% de los llamados “baby boomers” (nacidos entre 1946 y 1964).

Todo lo anterior resulta fundamental en la región Caribe, pues se ha mantenido como el primer destino del mundo para la industria de cruceros, con el 35% de los pasajeros; y la demanda de servicios genera en la región un estimado de 56.000 empleos, con un importante impacto económico en cada uno de los puertos que atienden las naves y los visitantes. No obstante, en los últimos tiempos el Mediterráneo, Sudamérica y Australia han venido creciendo en participación del mercado mundial; por lo que se requiere desarrollar nuevas estrategias de sostenimiento. El reto está en atraer y satisfacer cada vez más turistas.

Gente, historia y cultura

Mientras la industria mundial de cruceros ha encargado construir 19 naves con 51.000 camas para 2014; tiene 122 barcos navegando en aguas del Caribe y cerca de 7.5 millones de pasajeros visitando sus puertos en 2011; lo cual es un importante indicador de cuán importante resulta la cuenca para las diferentes líneas.

Al referirse a la proyección regional de esta industria Federico GonzálezDenton, representante de la línea Royal Caribbean para Latinoamérica y el Caribe, además de las tendencias del mercado, el desarrollo de los itinerarios exige un delicado equilibrio de las prioridades que, entre otras variables, incluye la satisfacción de los usuarios, el tema financiero y el valor estratégico de cada destino.

Para él, además, la definición de buques depende del posicionamiento de la marca y de los mercados; pero también del trato que reciben los turistas independientes (quienes no compran paquetes turísticos con anticipación) y de la posibilidad de que los casinos abran y ofrezcan sus servicios durante la estadía del crucero. Asimismo la cortesía de guías y conductores resulta fundamental en la evaluación. De ahí que las líneas desarrollen constantemente nuevas estructuras para sus productos, creen otros itinerarios, y revisen las potenciales limitaciones logísticas de los destinos.

Por eso, mientras algunos expertos y empresarios ven a Europa como una región de gran potencial para la industria de cruceros; en medio de su enorme diversidad, el Caribe es clima, gente, historia y cultura; y esa es su gran promesa para la industria de cruceros.

Así, en medio de la creciente competencia cabe la posibilidad de hacer ofertas temáticas que abarquen diversos elementos (como la gastronomía o el baile, por ejemplo) para adaptarlas a una mayor variedad de consumidores.

Por ejemplo en su proceso de modernización, Falmouth (Jamaica), dispone de una nueva terminal de cruceros histórico-temática, donde recrean el ambiente colonial de la ciudad, tal como era en el siglo XVIII. Para los impulsadores de la obra, es una forma de reinventar y reposicionar su oferta, y éste sólo es el comienzo.

Asimismo, Barbados se encuentra en la etapa final del concurso para expandir y renovar su terminal de cruceros; e igual acontece con los planes de construir nuevos muelles en Curazao y Aruba, mientras ya está en curso la renovación de las instalaciones en Guadalupe, Martinica, República Dominicana y Puerto Rico.

En la línea regional

La dinámica de la industria de cruceros exige innovar en los paquetes turísticos; y el Caribe con toda su diversidad permite hacerlo. Esta es una condición que se puede lograr si se minimiza la competencia entre destinos vecinos, se estimula la cooperación y se ofrecen paquetes integrales con itinerarios compartidos, máxime si se considera que las líneas venden itinerarios. Por ello el mercadeo debería ser regional, referido a rutas con varios destinos.

Por otra parte, uno de los segmentos más atractivos de las tendencias del mercado de cruceros es la oferta temática familiar (interesante para la línea Disney, por ejemplo); sin embargo, en el Caribe sólo podrá tener un óptimo desarrollo si se establece un sólido puerto de embarque que funcione como centro de conexiones para latinoamericanos; y para conseguirlo es fundamental garantizar la satisfacción de los visitantes en todo el proceso logístico, desde la conectividad aérea inclusive.

Así, sin dejar de lado su enorme capacidad como fuente, dada la actual dinámica de la industria, el Caribe debería buscar mercados diferentes al estadounidense, y trabajar con énfasis en atraer el mercado asiático, y especialmente el chino.

En el futuro inmediato el Caribe seguirá siendo un importante destino de cruceros, pero no se pueden perder de vista las potenciales fluctuaciones surgidas de la volatilidad del negocio de cruceros y de que las líneas siempre están redistribuyendo los buques en búsqueda de nuevos mercados. Por ello, para continuar siendo viable, cada destino del Caribe debe encontrar un atractivo único, en torno al cual construya una oferta que le permita mantener su interés para la industria.

Requisito para desarrollar la oferta temática familiar de cruceros en el Caribe: un sólido puerto de embarque, centro de conexión para latinoamericanos.

Por: Revista Pórtico, Grupo Puerto Cartagena.

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