La industria marítima es la clave de bóveda de la cadena de transporte. Sin barcos no hay transporte, cadena, intercambios… comercio en fin.
Y sin marinos no hay barcos, al menos por unos cuantos años. Años que hace falta rellenar con todos los procesos de automatización de los buques que llegaran a ser manejados por control remoto desde tierra, o completamente autónomos. Son varias las iniciativas que trabajan en estos campos en todo el mundo, y algunas de ellas ya se están probando en diferentes proyectos: Novimar, Autoship financiados en el capítulo Horizonte 2020 de la Unión Europea, y otros en Estados Unidos, Japón, China….
Todos ellos se ocupan fundamente en el control de los sistemas a bordo bien por un sofisticado y evolucionado software que hará las veces de tripulación, capitán incluido (ej. capitán IBM del proyecto Mayflower), o bien mediante el control remoto desde tierra.
Los inicios se están desarrollando con buques de pequeño tonelaje en aguas cerradas, como los puertos (remolcadores, embarcaciones de servicio), aguas cerradas como los ferries en fiordos noruegos…. y no mucho más en los próximos años.
Hasta que veamos un buque mercante de 5.000 mtons, no digamos ya 50.000 mtons de desplazamiento navegando en aguas abiertas, pasará tiempo.
El desarrollo de la industria depende de varios factores:
- Legislación: Reglamento para la prevención de los abordajes en la mar (Colreg), la figura del capitán en gran número de legislaciones.
- Ciberseguridad: No está disponible la seguridad total para un equipamiento tecnológico de un buque mercante: GPS, AIS, sistemas integrados de radar, piloto automático, video cámaras, etc. en un puente integral, todo puede ser distorsionados por hackers más o menos motivados como recientemente está ocurriendo con GPSs en el Mediterráneo y posicionamientos de buques en lugares exóticos distorsionando la señal de AIS.
- Gestión de las situaciones de emergencia: incendio, abandono de buque, colisión y vía de agua con objetos a la deriva (contenedores por ejemplo), que los algoritmos no pueden aun prever en toda su amplitud
La consecuencia es que los marinos son y serán necesarios más allá del año 2050 que es la fecha “maravillosa” para tantas actividades humanas, y por supuesto, del 2030 –una década-.
Pero es el caso que según un estudio de la OMI (Organización Marítima Internacional), Junto a la ICS (International Chamber of Shipping) publicado en 2016, faltarán en 2025 (en solo cinco años), 150.000 oficiales de la marina mercante en el mundo. Hoy ya faltan más de 20.000.
Estamos asistiendo a un proceso en el cual hay todavía miles de marinos que una vez finalizado su contrato a bordo no ha podido desembarcar y retornar a su casa a causa de las prohibiciones de desembarcar de diferentes gobiernos –cortos de miras- que no ayudan en nada a la comprensión profunda de la posición de los marinos en el mundo del comercio mundial.
No parece que, a la vista de esta situación, se motiven muchos jóvenes –mujeres y hombres- a iniciar el camino de una profesión que no es considerada en bastantes casos como “esencial”. Y desde aquí se puede afirmar que no habrá bastantes aplicaciones tecnológicas en los años venideros para suplir esta falta. ¿Qué ocurrirá entonces?… “Cosas veredes, amigo Sancho, que farán fablar las piedras”, como dice esta sentencia que se atribuye al insigne Don quijote
Fuente: Naucher Global
