El desguace de buques y la economía circular sostenible

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El desguace de buques y la economía circular sostenible

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Cuando un armador piensa en construir un buque, se embarca en una empresa de conexiones internacionales donde participarán personas de distintos tipos de cultura y condición, y todas contribuirán a hacer posible el objetivo para el cual se diseña la nave: el transporte marítimo. Una vez construido, el buque formará parte de una larga, variada y compleja cadena logística que va desde los accionistas al camionero que transporta la mercancía al destino, incluyendo la seguridad portuaria, y eso, durante 24 horas, mes tras mes hasta que al barco le llegue su último viaje y se vaya al desguace.

La secuencia sería: armador-proyecto del buque-astillero que lo construye-tripulación que lo manejará-vida de explotación de barco, y finalmente el desguace.

EL DESGUACE

Los barcos, mientras dura su vida comercial, navegan la mayor parte del tiempo en un medio corrosivo (agua salada) e inhóspito, que junto a los avatares del clima lo someten a todo tipo de adversidades, y por lo tanto están sujetos a un deterioro importante, que dependen en gran medida, de las cargas transportadas, los tráficos a los que se dedican y en especial al mantenimiento que reciben.

Generalmente cuando se lleva un barco a desguace es debido a que los costes de personal y de mantenimiento son mayores que los ingresos por explotación del mismo, y su incorporación al mercado de segunda mano se hace prácticamente imposible. Otro de los motivos que también influye para el reciclado es cuando se produce un siniestro importante, por ejemplo una embarrancasda o un incendio con importantes daños estructurales o de maquinaria principal y auxiliar. Ahí tenemos el ejemplo del MODERN EXPRESSbarco relativamente nuevo que debido a las averías causadas por un temporal fue remolcado a desguace.

El puzzle estructural de chapa, maquinaria principal y auxiliar, sistemas de gobierno y propulsión, etc, hace del desguace una operación compleja, pero a la vez muy retadora desde el punto de vista empresarial; también presenta una serie de cuestiones importantes, a tener muy en cuenta y que, en este momento, son de gran impacto en la sociedad actual: la salud, la seguridad y el medioambiente. No debemos olvidar que el desarrollo de esta actividad es altamente contaminante y de una gran insalubridad.

En el reciclado de un barco podemos encontrar materiales muy contaminantes: amiantos, cuyo uso fue limitado a partir de los años 80 y prohibido en la actualidad; pinturas; poliuretanos; metales pesados; hidrocarburos; aguas residuales, orgánicas e inorgánicas; ácidos; PCB´s procedentes del cableado; etcétera. Por eso todas las operaciones deben realizarse en instalaciones aprobadas y en condiciones de trabajo acordes con la normativa existente.

LA MALA PRAXIS DE ALGUNOS PAÍSES EN EL RECICLADO DE BUQUES

El valor de un barco desguazado depende en buena medida del precio por tonelada de la chatarra y del acero, y éstos sufren fuertes oscilaciones en los mercados internacionales. En Europa, esta actividad empresarial fue rentable para los astilleros hasta aproximadamente los años 70, pero a medida que la sociedad se fue impregnando de una conciencia ecologista, ésta se transformó en una presión creciente hacia la instituciones y organismos europeos que, acuciados por todo tipo de manifestaciones laborales y medioambientales, fueron creando una normativa comunitaria y exigiendo su estricto cumplimiento.

Todas esas dificultades empujaron a los armadores a llevarse sus buues a desguaces situados en países del sudeste de Asia y del noroeste de África. Desde hace algunos años, Turquía también participa como cementerio de buques.

Es evidente que la mala fama de esta actividad empresarial está bien merecida si a la intrínseca problemática del reciclado de buques le añadimos que en los países asiáticos, donde pululan decenas de astilleros de este tipo, se emplean menores de edad y jornaleros que por necesidades extremas tienen que trabajar en condiciones muy precarias, durante horas y horas, en contacto con materiales pesados, atmósferas tóxicas y medios manuales para trasladar los recortes y piezas desguazadas.

NORMATIVA DEL RECICLADO DE BUQUES

La preocupación por las consecuencias medioambientales del desguace de buques ya quedó reflejada en el Convenio de Basilea sobre el control de los movimientos transfronterizos de desechos peligrosos y su eliminación, adoptado en 1989, que  entró en vigor en 1992. Se trata del acuerdo sobre temas del medio ambiente más exhaustivo del mundo y tiene por objeto, entre otros, proteger la salud de las personas y el medio ambiente frente a la gestión de la peligrosidad de determinados desechos, así como sus movimientos transfronterizos.

También está el Convenio Internacional de Hong Kong (CHK), para el reciclaje seguro y ambientalmente racional de los buques, que se adoptó en una conferencia diplomática celebrada en mayo del 2009 con la participación de los Estados miembros de la OMI, organizaciones no gubernamentales, la Organización Internacional del Trabajo, así como las partes del Convenio de Basilea en relación al control de los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos y su eliminación.

ECONOMÍA CIRCULAR SOSTENIBLE

El aumento de la extracción de materias primas para satisfacer el consumo de los países desarrollados y de los emergentes, está adquiriendo valores inasumibles para mantener, al menos, un equilibrio entre la población mundial actual (con perspectivas a unos años vista de aumentos muy considerables de la misma) y el propio planeta. Es tal este desequilibrio que, de seguir, se producirá probablemente el agotamiento de algunas materias primas, una degradación climática y atmosférica, que posiblemente traigan conflictos bélicos y grandes movimientos de masas de personas de un continente a otro.

Ante este horizonte, en parte ya una realidad, se debería pensar en un nuevo modelo de consumo y de fabricación. No podemos seguir en lo que actualmente se llama el consumo lineal: usar y tirar el desecho. Es fundamental cerrar el ciclo entre lo que consumimos y lo que desechamos.

En la actividad industrial sucede lo mismo. El desguace de buques es un ejemplo claro de la economía circular, con él se consigue reutilizar y reciclar  los desechos, haciendo que estos sean los mínimos posibles. Este concepto  también se debería aplicar cuando se construya o fabrique algo; pensando que el final del mismo será un recurso del mañana.

Por todo esto, creemos que el reciclado de buques es una industria muy importante e interesante, con grandes posibilidades de futuro, eso sí, siendo muy precisos con la aplicación de las normas internacionales vigentes.

No olvidemos que en un barco para desguace, un 95% es acero y chatarra, luego vienen los llamados materiales no férricos como: el cobre, aluminio, latón, bronce, zinc, así como, las pinturas, gases refrigerantes, aguas de sentinas, hidrocarburos, etc.

En realidad, de un buque para reciclar se puede aprovechar prácticamente el 100% del mismo. Lo que hay que exigir es que se cumpla la normativa existente, y eso está en las manos de las Administraciones de la bandera del buque y de las que lo reciben en sus instalaciones de desguace.

De hacerse así, estaríamos contribuyendo a una economía circular sostenible y a la creación de un importante número de puestos de trabajo.

Fuente: Naucher Global

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